La txalaparta suena flamenco

Por Carlos Rey

Publicado en el número 2 de la revista LA FRAGUA, noviembre de 2012.

Mikel y Kortxo son txalapartaris. El instrumento que tocan se llama txalaparta y para el profano, a simple vista, puede parecer un xilófono gigante. Pero no, no es ningún xilófono. Es un instrumento tradicional vasco que esta pareja de txalapartaris hace sonar, ¡y de qué manera! Verlos y escucharlos tocar es un auténtico espectáculo en sí, pero si encima lo hacen por soleá por bulerías o por seguiriyas, eso ya es asombroso.

Corría el año 2001. El que escribe tocaba la guitarra con
el grupo de flamenco fusión EA! Actuábamos en el Festival Sustraiez  Blai en Itsasondo (Guipuzcoa) y compartimos cartel con el grupo Ttakunpa, donde Mikel y Kortxo tocaban la txalaparta y la fusionaban con instrumentos y danza africanos. Al final del concierto nos juntamos los dos grupos y tocamos un tema juntos, una rumbita con aires caribeños. Ese fue nuestro primer encuentro y desde entonces no hemos dejado de vernos. Ellos se sintieron rápidamente atraídos por el flamenco y aprendieron pronto, es más, no dejan de aprender, y a la vista está.

El pasado mes de agosto, estuvieron en La Isla para participar en las actuaciones organizadas por el Ayuntamiento dentro de la programación de Noches en LA Mayor. Y vinieron nada más y nada menos que con un espectáculo flamenco, Berriketan, (que viene a significar algo así como ‛charlando’), en el que todos los músicos son vascos a excepción de la voz y el saxo de Antonio Lizana y de mi guitarra.

Aprovechamos su estancia en La Isla para charlar con ellos.

Juan Silva

Contadnos un poco de dónde viene la txalaparta.
En su origen, la txalaparta surge en los caseríos donde se hacía la sidra. Las manzanas se echaban en un barril, ponían encima unos tablones de madera para pisarlas y sacar el zumo. Una vez terminado el pisado, quitaban las tablas y las iban tirando a los lados. Al chocar con el suelo, algunas maderas tenían un sonido particular y se seleccionaban para tocarlas por la noche. Sobre dos cestos colocaban uno de los tablones y se golpeaba con unos palos sobre ellos para dar a entender que en ese caserío ya estaba la sidra lista y por la noche habría celebración, fiesta. 

¿Cómo evoluciona el instrumento hasta nuestros días?
Al principio se tocaba solo con una tabla. Se tocaba un ritmo llamado Sagar Deia, ‛la llamada de la manzana’, que avisaba a los vecinos de la fiesta de la sidra. Luego, ya en la fiesta, se seguía tocando junto con otros instrumentos tradicionales como la alboka, que es un instrumento de viento, la dulzaina y la trikititxa (una especie de acordeón vasco). Durante la dictadura franquista, estuvo a punto de desaparecer, para resurgir en los años 80. Poco a poco se fueron incorporando más tablas y los cestos fueron sustituidos por caballetes. No fue hasta los años 90 cuando se empiezan a utilizar tablas afinadas, creando de esta manera  un instrumento musical. También se empiezan a utilizar otros materiales como el hierro o la piedra. La forma de tocar también ha evolucionado. Antes se tocaba el ttakun tradicional, que no es otra cosa que una onomatopeya del sonido que hacían  los palos sonando sobre la madera. En la actualidad, se utilizan distintas estructuras rítmicas.

Juan Silva
Una peculiaridad de la txalaparta, es que se toca entre dos personas. ¿Qué implica tocar un instrumento que necesariamente precisa de otra persona para tocarlo?
Para tocar de forma tradicional, no es necesario conocer a la otra persona que toca, solo respetar la regla del ttakun, pero para tocar estructuras más complejas o montar canciones determinadas es necesario conocer al otro, por lo que generalmente existen parejas de txalapartaris.

¿Qué os llamó la atención del flamenco para interesaros por él hasta el punto de tocarlo?
En un principio, lo que nos llamó la atención fue su aspecto rítmico, las palmas, el cajón, los remates, el taconeo en el baile. Más tarde nos fijamos en el cante, en las melodías, en las armonías de la guitarra. También nos gusta su origen popular, su fuerza, lo que se transmite. 

En la actualidad tenéis un espectáculo con la bailaora Askoa Etxebarrieta, la Pulga, en el que hacéis desde soleá por bulerías hasta seguiriyas ¿Cómo ha sido el proceso para llegar a que la txalaparta suene flamenco? 

Juan Silva
Desde 2001 que conocimos a los EA!, no hemos dejado de interesarnos por el flamenco. Hemos empezado desde el principio, aprendiendo a tocar las palmas, a entender las estructuras rítmicas de los distintos palos, a escuchar mucho flamenco, y desde entonces bajamos siempre por La Isla, por Chiclana, por Cádiz y nos juntamos con los músicos. Nunca hemos ido a una academia ni nada de eso, ha sido todo muy vivencial, sacando de un sitio y de otro, ‘robando’ mucho de vista, como dicen los flamencos.




BERRIKETAN son:
Txalapartaris: Aitor Korta y Mikel Aveiro
Bailaora: Askoa  Etxebarrieta, la Pulga
Percusiones: Adrián Larrañaga y José Gil

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