Debía tener unos diecisiete
años cuando vi al Cabrero actuar en la Plaza de la Revolución de Sevilla. Era
un 28 de febrero (Día de Andalucía) de 1993 y compartía cartel con el grupo de
punk rock Reincidentes. Era la primera vez que veía a un cantaor de flamenco
moverse como pez en el agua (o como cabra en el monte) en un ambiente que, a
primeras, nada tiene que ver con el mundo del flamenco. Allí había una multitud
emocionada y en perfecta armonía, crestas de colores, imperdibles, perros,
abuelos y abuelas, niños y niñas, señores con bigote…, y, decorando ese buen
ambiente, podían verse banderas anarquistas ondeadas al son del flamenco más
revolucionario que jamás oí.
Pero esa es otra historia. Lo
que hoy me empuja a escribir este artículo es el documental El Cabrero.
Le chant de la sierra (el canto de la
sierra).
Como si de un western de Sergio Leone se tratase, el
documental arranca con un plano general de José Domínguez Muñoz, el Cabrero, cual Clint Eastwood, bajando
una de esas cuestas de vértigo de su pueblo (Aznalcóllar, Sevilla ). En
vez de a Ennio Morricone, podemos oír los primeros compases de guitarra de la
copla "Deja al fandango volar" cuya letra comienza así: "Deja al
fandango volar, que no es pájaro de jaula, deja al fandango volar, porque es el
mayor reclamo llamando a la libertad, esa que nunca encontramos".
Con unas letras como esta,
resulta fácil entender por qué el Cabrero y su cante han estado ligados siempre
a un sentir revolucionario. También nos puede dar pistas de por qué este
estupendo documento fílmico de uno de los mejores cantaores de nuestro país
jamás vio la luz en nuestras pantallas.
El documental se rodó en 1988
por una productora francesa en colaboración con una cadena de televisión, y fue
realizado por Amar Arhab y Béatrice Soulé. Obtuvo el Premio Especial del Jurado
en el Festival La Rose d´Or de Montreux. Difundido por Canal + Francia, fue
emitido en cuarenta y tres países de los cinco continentes. Aquí en España,
ninguna cadena de televisión lo quiso emitir, incluyendo a Canal Sur, que llegó
a decir que se iba de la temática de la cadena, algo insultante, ya que el
documental muestra como pocos la cultura rural de Andalucía, desde el campo y
sus tierras con los campesinos como protagonistas, a la música y arte de
nuestros talentos Andaluces, a veces, tan respetados en otros países y tan
ignorados en el nuestro.
En el documental aparece José
en su entorno rural, junto a sus cabras. Desde ahí nos explica como es la vida
de un cabrero, de la gente que vive y trabaja de la tierra, y al mismo tiempo
nos enseña los diferentes compases del flamenco, cómo afina los cencerros de
sus cabras o, como dice él, "como buen doctor, los opero".
Acompañado por la guitarra de
Paco del Gastor, en un concierto en Marinaleda escuchamos este canto: "Piden
tierra y se la niegan, tierra para trabajar. Piden tierra y se la niegan. Hay
otros que piden más armas para hacer la guerra y a esos sí que se lo dan",
y podemos ver a un joven Juan Manuel Sánchez Gordillo, tan en boca en estos
días, decir del Cabrero en la presentación del concierto: "Nosotros
ocupamos fincas para poder vivir, pero José tiene que ocupar con sus cabras las
vías pecuarias para que puedan vivir sus animales. Marinaleda, pueblo rebelde,
José, cantaor rebelde, viva la fiesta, viva Andalucía libre, viva el arte, viva
la vida."
Si no puedes ver el vídeo pica aquí.
Berto García
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